segunda-feira, 25 de julho de 2011

Doña Tina y el Diablillo

Doña Tina se despertó, pintando. Como casi nunca le había ocurrido en sus largos 79 años de vida, podía recordar cada detalle del sueño que acababa de tener. Era un sueño que se había convertido en algo tremendamente vivo, y que todavía parecía seguir muy presente, unos pocos minutos después de haber terminado.
La casi anciana señora no se animaba a contarle a sus hijas lo que le había ocurrido, y durante el desayuno de ese día, ocasión en que las tres se juntan para conversar, ni siquiera hizo la mínima referencia al sueño que había tenido. Tal vez ellas querrían obligarla a tomar algún remedio para librarse de lo que seguramente llamarían “síntomas extraños” y doña Tina en realidad no quería librarse en absoluto de ninguno de sus sueños.
Es que hacía un tiempo que casi todo lo que le pasaba a ella misma, o lo que les ocurría a los otros en sus sueños, luego se volvía realidad. Y, por más increíble que pueda parecer, ella quería que eso siguiera ocurriendo; quería continuar así con sus sueños, porque de algún modo con ellos, o a través de ellos, doña Tina tenía la sensación -que era bastante realista por otro lado- de poder saber por adelantado, y de antemano, o en primera mano, todo lo que iba a suceder.
Le fascinaba a doña Tina ver que todo lo que pasaba en sus sueños o en sus pesadillas, luego iba a desarrollarse del mismo y exacto modo en la realidad.
Y es que en su vida real se iban sucediendo de a poco, como en una película, repitiendo al vivo y en directo, y en carne y hueso, en los sucesos cotidianos, reales y concretos, en sentimientos y en hechos, las mismas imágenes, casi siempre muy confusas y a veces casi ininteligibles de sus aventuras nocturnas.
Había empezado a ocurrirle también, como ya lo dije antes, algo poco común: recordar casi de inmediato, minutos después de despertarse, y muy espontáneamente, cada uno de los detalles de sus sueños o pesadillas. No era siempre, o por lo menos no había sido siempre así; cuando había hecho algún esfuerzo especial por recordar todo un sueño (o una pesadilla), o por acordarse de algo en particular, sus esfuerzos habían sido inútiles.
En síntesis, cuanto menos se preocupaba doña Tina por acordarse de lo soñado, más rápido y más nítidamente le llegaban las imágenes; y al contrario, cuanto más se esforzaba por llamar los recuerdos de la noche anterior, peor era el resultado.
Y como doña Tina estaba muy lúcida y, por causa de su avanzada edad, le empezaban a faltar las diversiones, ya se había dado cuenta de este mecanismo extraño que describo, y había aprendido, incluso, a aprovecharlo y a disfrutarlo, como si disfrutara un placer más de los tantos que los años le habían ido quitando de a poco.
Pero en este sueño en particular, dona Tina había “sentido” minuciosamente por primera vez, o mejor dicho, había visto con todos los colores y detalles cromáticos imaginables, había olido el hedor y palpado la densidad de la maldad, del horror y el miedo pánico que el principal personaje de su sueño irradiaba. Había visto nítidamente un hombrecillo de no más de un metro y medio de altura, con un bigote espeso, una mirada penetrante, piel brillante, pero contradictoriamente y en general, con un aspecto que se diría agradable y atractivo, si no fuera por dos cuernitos agudos que le apuntaban en cada lado de la frente.
El hombrecito del sueño entraba y salía con sorprendente facilidad de una botella, un garrafón de unos cuarenta centímetros de altura y medio metro de diámetro, con una boca larga y estrecha. y recuerda Tina que, mientras el diablo se perdía en el botellón, una nube se movía dentro del mismo, como si el demonio se hubiera transformado en una mancha que pasaba del gris al verde y producía intensos reflejos dorados.
Y cada vez que el diablillo salía, pasaba al lado de doña Tina y la saludaba, o simplemente le amagaba con finura una leve inclinación de cabeza, y en una de tantas entradas y salidas, hasta le guiñó un ojo. Por fin, tal vez cansado de la rutina de entrar y salir del estrecho cuello de la botella, se sentó al lado de la señora que, a pesar del aspecto casi agradable del diablo, no pudo reprimir un estremecimiento rápido, probablemente producto del olor fuerte, mezcla de azufre y almizque, que emanaba del hombrecito.
¿Me creería Ud. si le cuento que hace hoy exactamente ciento sesenta y cuatro años, dos meses y cinco días que estaba encerrado en esa botella? – le espetó, a boca de jarro, el demonio.
¿No me diga? – le contestó con una elegancia fuera de circuntancia doña Tina, que en realidad pensaba rápidamente cómo seguir una conversación, tan insólita y sin propósito, nada menos que con el diablo.
– Un pecador, al que había venido a buscar en 1839, para llevarlo al fuego eterno, me hizo una propuesta – empezó su relato Satanás, tomando de pronto un aire distraído, mirando a lo lejos, como alguien que se acuerda de cosas pasadas... ¡y cuántas historias no tendría este demonio para recordar! Pasaron muchos minutos, o tal vez horas en esta situación: el diablo meditando, y doña Tina esperando con paciencia; nunca se puede saber cuál es el tiempo exacto de los sueños, pero a ella le pareció una eternidad.
– Finalmente el pecador, para salvarse me propuso algo insólito, un trato que, incluso para mí, que como Ud. ya debe haber oído, el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo. El hombre al que había ido a buscar me proponía que me encerrara aquí dentro, y que él me vendería por el precio más alto que pudiera; yo, dentro de la botella, sería como el genio que otorga todos los deseos a su amo, al dueño de la botella; pero cuantos más deseos fueran concedidos, más seguro estaría el dueño de pagar en el infierno sus pecados, sin la menor posibilidad de salvación – siguió contándole el diablo.
– Como forma de agregarle un valor añadido al negocio que imaginaba el pecador -la operación de por sí ya carísima, de la compra de la botella- quien la adquiriera podría venderla nuevamente, pero siempre a un precio más bajo que el que él mismo pagó – agregó el diablillo.
¿Y con esta operación de venta el ex propietario de la botella conseguiría huir de su condena? – preguntó en su sueño doña Tina.
– Sí, siempre y cuando la vendiera más barato – le contestó el diablillo, que con un leve estremecimiento salió de su sopor y siguió contando:
– Pero algo bastante extraño ocurrió entonces: yo le acepté el trato, y el condenado que se había salvado gracias a su genial idea de multiplicar las condenas con el incentivo de la ambición de nuevos compradores de la botella, la vendió de primera mano al administrador de una hacienda en el interior de Traslasierras, en Córdoba – continuó el diablo.
Y doña Tina se acordó de un caso raro que le habían contado en su juventud, pasada a unas cuantas leguas de Capilla del Monte, al N.O. de Córdoba. Su padre, don Victoriano, le contó que allá vivía una familia de agricultores y ganaderos, que a cada generación perdía más y más sus propiedades y riquezas, y que se había ido sucediendo en la administración de varias haciendas en las estancias de la región. Lo insólito consistía en que había dos hechos que parecían estar vinculados: por un lado, la familia pasaba de una generación a la siguiente y, no importa con quién se casaran las mujeres y los hombres de la casa, si fueran estos criollos, gringos, turcos o medio indios, porque las caras, los gestos, las expresiones, y sobre todo, el color de los ojos, la piel y el pelo, iban repitiéndose, cada vez más idénticos entre ellos. Cada generación era gemela de la anterior, y sus hijos, sobrinos, nietos y bisnietos eran cada vez más la copia fiel, el mellizo, o trillizo o cuatrillizo, de sus antepasados.
El otro hecho raro en la historia de la familia de “Los Iguales”, como ya habían empezado a llamarlos en todo el pueblo, era que el gerente, o administrador general de la estancia, siempre guardaba celosamente una botella, una especie de damajuana de medio metro de diámetro, con una boca angosta y alargada, en cuyo interior se movía una nube colorida, a veces gris del color de las perlas.
La familia, que al principio estaba francamente decadente y perdía sus propiedades, de repente fue recuperándolas, enriqueciéndose hasta recobrar el antiguo poderío. Pero a pesar de haber salido de los aprietos económicos, los miembros de la familia conservaban una creciente tristeza en el andar, en el modo de hablar, en la mirada y en el aspecto general de cada mujer, cada niño o niña, y cada hombre de la prole de “Los Iguales”.
– Ocurre que cada nuevo administrador, empleado de la familia, había vendido la botella en la cuál yo habité estos 164 últimos años, cada vez a un precio más bajo, y mientras tanto cada uno había hecho sus pedidos, ganando casas, joyas, campos y dinero; o sea, todo lo que la ambición les había pedido, y yo, el diablo en persona, se lo concedí – agregó el demonio.
– Y yo me acuerdo que mi papá contaba que, mientras más ricos se volvían “Los Iguales”, y a la vez que desaparecían todas las diferencias entre los rasgos de cara, de timbre de voz y de actitudes entre los miembros de esa raza extraña y hermosa, más tristes, más ensimismados y circunspectos se veían – completó doña Tina.
El diablo del sueño de la vieja señora se desperezó con un largo bostezo, estirando cada brazo y pierna, y al final rugió, despertando todo el terror que la voz de un diablo puede generar en una persona.
Y doña Tina salió del sueño.
Esa mañana, como dijimos al principio, doña Tina se despertó pintando. Es verdad que había pasado largos años de su juventud en la Faculdade de Belas Artes, en su lejana São Paulo, de la que había emigrado cuando en sus cabellos todavía no habían vuelto grises; pero las técnicas aprendidas de dibujo a la carbonilla o al pastel, y las horas dedicadas a los pinceles suaves y livianos de las acuarelas, o los más pesados de la pintura al óleo, no habían dejado grandes marcas en su espíritu, y ella las consideraba una parte relativamente poco útil en su acervo espiritual o cultural, y hacía mucho tiempo que ya no pintaba en serio, ocupando tardes y hasta noches enteras, como lo hiciera en su juventud, sumergida en el olor de la trementina y las paletas.
Doña Tina, muy extrañamente se despertó, pintando el mismo cuadro que había soñado la noche entera, y durante el sueño -como ahora le parecía obvio que había ocurrido- ella había buscado su estuche viejo, había separado los pinceles y espátulas y abierto los tubos de diversos pomos de óleo, los había mezclado con parte de un viejo frasco de trementina y había llenado casi la mitad de un lienzo de 60 x 80 centímetros, clavado en un bastidor también antiguo y olvidado en lo más oculto del desván de su casa de Las Chacras.

victor barrionuevo

quinta-feira, 14 de julho de 2011

VASSALLU - A saga de um cavaleiro medieval, por Claudinei Vieira

18/3/2006 18:13:00
Uma fábula perversa na idade média



Por Claudinei Vieira







“Vassallu” é uma deliciosa saga das contradições e conflitos do ser humano, perdido entre suas crenças e devoções em mundos que se apresentam descoloridos e violentos. É uma fábula, pois através de um enredo simples de amores e paixões violentas, de justas entre cavaleiros, e descrições minuciosas do cotidiano em um passado já um tanto distante, não deixa por isso de conter uma profunda reflexão sobre temas que nos afetam ainda hoje e de modo tão decisivo: a luxúria, a ganância, a honra (ou falta de), a religiosidade (ou falta de), as guerras, as dores, o misticismo prosaico, o fanatismo (religioso, econômico), o fascínio pelo poder, a abnegação.
A história é simples: narra o crescimento e desenvolvimento do jovem cavaleiro Ybert de Troyes que com sua bravura e destemor ajudou os cruzados a conquistar e ocupar finalmente Jerusalém, expulsando (e matando, saqueando, estuprando) os infiéis muçulmanos. A batalha que durara vários anos e havia empolgado massas da população cristã, entre poderosos e os infelizes, camponeses, miseráveis e reis, cegos  de determinação religiosa ou ávidos pelos despojos, acabara. Algo de muito estranho, porém, havia acontecido: Ybert mata alguns cristãos!, que entre os escombros da cidade, no meio do sangue e do fogo, tinham tomado um bebê das mãos da mãe muçulmana e o esmigalhado na parede, e estavam prestes a estupra-la. Ele salva uma infiel!, desaparece durante a noite e é encontrado somente no dia seguinte, morto.
A pergunta colocada aos chefes da ocupação, dirigidos por Godefroi de Bouillon é se Ybert de Troyes fora possuído pelo demônio e, por conta disso, matara seus companheiros de luta. O inquérito é instaurado e a testemunha-chave é convocada, o médico, misto de sábio e espertalhão, conselheiro e companheiro de Ybert (e anteriormente de seu pai) que nunca é nomeado e é conhecido somente por Ruivo.
O livro é, portanto, a fala e a narração do Ruivo que conta a história pedida, mas ao seu modo. Falastrão, digressivo, especulativo, conhecedor de várias línguas e de uma mixórdia de conhecimentos esparsos acumulados em recantos os mais variados e por um mestre judeu, o Ruivo conduz a narrativa do seu modo: o que não viu pessoalmente, especula; e o que não sabe, o mais provável é que invente, embora nunca possamos distinguir entre a fábula, o incenso e a realidade. Sua lábia é aliciadora, cúmplice, muitas vezes irônica, cáustica, provocadora, cínica e dessacralizadora, quase herética, mas sem nunca alcançar o desrespeito. Simultaneamente submissa e revoltada, esperta e reacionária, sua voz comenta, induz, alfineta os poderosos, briga com o monge copista que transcreve sua fala (e tanto faz e fala que consegue comprová-lo um espião e inimigo), critica os reis, desnuda os religiosos, discute com o próprio Godefroi de Bouillon (para logo depois e de novo conclama-lo poderoso pela conquista de Jerusalém). Mais do que qualquer outro personagem do livro (entre fictícios e reais, pois que se misturam o tempo todo), o Ruivo é a personalidade e figura principal, e uma das mais instigantes e fascinantes de nossa literatura moderna.

- Não ouviste as palavras bíblicas proferidas pelo louco? O que é já foi; e o que há de ser também já foi. Não existe passado, nem futuro. Os antigos sábios gregos já o sabiam...
- Ora, Ruivo, estás a brincar com palavras!
- Não! Põe tento a isso, cavaleiro! O tempo que foi não é mais – e o que vai ser ainda não é! Então essas partes do tempo, umas passadas e outras futuras, simplesmente não existem! [...] Estou apenas repetindo Agostinho! Se o passado não é mais, e o futuro ainda não é, somente resta o presente. E se o próprio presente fosse sempre o presente, sem perder-se no passado, ou encaminhar-se para o não-ser do futuro, prorrogando-se infinitamente, constituir-se-ia na eternidade. E o que buscam os que temem a morte, senão a eternidade?
- Pela Virgem Santíssima! – disse Ybert, batendo uma palma – Deparo-me com um segundo louco em apenas uma noite! Por acaso também não és dado a fazer leituras nos astros? Se bem te entendi, não existindo o futuro, também não haverá a grande guerra anunciada pelas estrelas.
- O tempo, meu senhor, não existe por si mesmo, mas pelos acontecimentos! E, dentre estes, a guerra é a mãe e a rainha! E a única que traz as mudanças, criando os espaços pelos quais o tempo é capaz de fluir, de existir...

O tempo segue como um dos eixos pelo livro, o como se manifesta e como afeta a vida dos seres humanos e suas visões de acontecimentos futuros. Aos poucos, Ruivo vai demonstrando uma visão cínica (elaborada cuidadosamente, por certo), sem chegar ä conclusões. E, obviamente, o Diabo, suas manifestações, sua presença ou não, sua influencia e poder, ou ao contrário, sua ausência e conseqüente responsabilização dos seres humanos pelas suas próprias ações, constitui boa parte da fala e das digressões do Ruivo. E fundamental, pois que será a definição da pena sobre Ybert, mas não tão somente: é a justificativa e/ou a desculpa para todo o momento pelo qual passam, é a justificativa e a razão de tudo o que estão fazendo, do tratamento aos camponeses e às mulheres e ao senhores e seus vassalos, e a razão e/ou desculpa para o próprio movimento dos cavaleiros, das cruzadas, e da tomada de Jerusalém.
Fábula, sim, pois apesar de conter tantas informações fatuais das batalhas, da vida comum e comezinha da época, das cerimônias e dos códigos de honra dos cavaleiros (demonstrando o esforço de pesquisa do autor), o distanciamento é medido e consciente. Não estamos em face de um livro-documentário ou historiográfico, mas de uma narrativa ao estilo das histórias das Mil e Uma noites (com um feio ruivo, sem orelhas e com os olhos em constante estado de avermelhamento, em lugar de uma Sherazade...), com os mesmos propósitos moralisticos e definidores das fábulas.
E é daí que provém a tal perversidade. Pois se moral existe em “Vassallu” (não sei se perseguida pelo autor, mas está sim presente), ela no entanto é problematizada, discutida e relativizada e nada fácil de ser apreendida. O Mal ou o Bem são reais, porém indefiníveis. Subterfúgios do Demônio ou incapacidade do Ser Humano? O Ruivo tem suas respostas, mas como confiar neste narrador escorregadio e onipresente? Fábula maniqueísta, onde os opostos ficam se cruzando.
Pois maniqueista, porem nunca simplista. Proeza realizada pela escrita segura e muito firme de Sérgio Mudado que consegue manter o tom sóbrio e tranqüilo durante todas as suas páginas, ao descrever a sagração de um cavaleiro, o nascimento de um messias, ou o massacre de uma cidade inteira. Também admirável é o modo como mescla a linguagem sem nunca descambar para um formalismo antiquado ou um popularismo atualizante, e a leitura flui fácil e gostosa, com capítulos curtos e certeiros.
Sérgio Mudado é medico e teve sua atenção despertada para o tema quando soube da prática de cavaleiros medievais de carregarem consigo vasos de alabastro para que, caso morressem em combate em terras distantes, seus corpos fossem fervidos e encerrados no vaso para serem transportados até poderem ser enterrados em solo natal. Esta história o fascinou de tal modo que o incitou a pesquisar mais e sentir que poderia escrever sobre isso.
Este fascínio foi nos transmitido de modo adequado. “Vassallu” produz aquela agradável e estranha sensação de, ao mesmo tempo, querer terminar logo de ler para sabermos afinal como vai acabar, e desespero porque vai acabar. E infelizmente uma hora o livro termina.

segunda-feira, 4 de julho de 2011

Poema Inacabado

Não sei por que viagem te afastaste de mim!

Estás longe - numa cidade talvez cheia de luzes -

e eu, sentado à claridade morna desta varanda,

tento imaginar-te aqui, reconstruindo, lentamente,

embora sem nenhum esforço,

um momento em que te punhas à soleira da porta

para contemplar o céu vazio de nuvens.


Sim, lentamente posso recriar-te aos meus olhos:

as tuas mãos,

o teu sorriso,

um gesto sempre novo

ainda que jamais o tenhas realizado...

Às vezes, acho que fui eu que me embarquei,

que me perdi para outras e tantas terras.


ÍTALO MUDADO

sábado, 25 de junho de 2011

Juca Peralta vai a São Paulo


Quer dizer então, Seo Juca Peralta, que o senhor foi indicado para prêmio? Prêmio importante. Quer saber? Mereceu! Durante alguns anos fui envolvido por intensa magia, exigida para escrevê-lo. Tintim por tintim. Capítulo por capítulo. E olha que foi um bocado de tintins e dezenas de capítulos. Fico orgulhoso ao vê-lo, azul, sozinho, de pé, sem amparos, emoldurado pelos ficus e por um céu encantado, reinado por suas amadas Marias. Direi apenas isso, nada mais. Quero que relembre das palavras da deusa, quando vocês se encontravam no trem, no Noturno do Sertão e ela lhe disse: "Serás um destino... E, nesse dia, terás perpetuado o final desse sonho que tenho sonhado para ti."
E, nesse momento, um apito de trem ouvir-se-á ao longe.

quinta-feira, 23 de junho de 2011

ÍTALO MUDADO

Wednesday, June 22, 2011

Querido Lucas,


Hoje você completa 8 meses de vida. Hoje mamãe e papai completam 9 anos de casamento. Apesar destes dois motivos maravilhosos para comemoracão, mamãe hoje tem uma (ou mais) lágrimas no coracão. Hoje o seu tio-bisavô Italo Mudado faleceu. Você não o conheceu, infelizmente. Apesar de há anos não vê-lo, estava nos planos uma visita a antiga casa do Barro Preto na nossa próxima ida ao Brasil. Difícil ainda acreditar que ele nao estará lá.


Fiquei tentando lembrar a última vez que o encontrei, entretanto, não consigo. Acredito que foi em uma de suas peças teatrais, mas não tenho certeza. Minhas lembranças do Tio Italo estão, mais do que tudo, associadas à minha infância. Lembro-me de pensar se um dia seria gente grande como ele. Por que o Tio Italo para mim, era gente grande, de verdade: alto, e com uma postura sempre elegante. Falava com autoridade e leveza. Tinha um tom ético na voz. Parecia ter uma cultura infinita. Citava peças gregas e filósofos em meio a uma conversa trivial, com fluidez e gentileza. Falava corretamente e de forma bonita; dava gosto escutá-lo conversar. Era carinhoso. Tinha uma risada engraçada. Ele me chamava de Branca de Neve desde pequena.


Obrigada, Tio Italo, por ter feito parte da minha vida. Arrependo-me de não ter aproveitado mais da sorte de ter sido sua sobrinha enquanto você estava aqui. Nao vou deixar isso acontecer de novo no nosso próximo encontro.
Renata Prado
Denver

sábado, 18 de junho de 2011

Para Pintar o Retrato de um Pássaro

Primeiro pintar uma gaiola
com a porta aberta
pintar depois
algo de lindo
algo de simples
algo de belo
algo de útil
para o pássaro
depois dependurar a tela numa árvore
num jardim
num bosque
ou numa floresta
esconder-se atrás da árvore
sem nada dizer
sem se mexer...
Às vezes o pássaro chega logo
mas pode ser também que leve muitos anos
para se decidir
Não perder a esperança
esperar
esperar se preciso durante anos
a pressa ou a lentidão da chegada do pássaro
nada tendo a ver
com o sucesso do quadro
Quando o pássaro chegar
se chegar
guardar o mais profundo silêncio
esperar que o pássaro entre na gaiola
e quando já estiver dentro
fechar lentamente a porta com o pincel
depois
apagar uma a uma todas as grades
tendo o cuidado de não tocar numa única pena do pássaro
Fazer depois o desenho da árvore
escolhendo o mais belo galho
para o pássaro
pintar também a folhagem verde e a frescura do vento
a poeira do sol
e o barulho dos insetos pelo capim no calor do verão
e depois esperar que o pássaro queira cantar
Se o pássaro não cantar
mau sinal
sinal que o quadro é ruim
mas se cantar bom sinal
sinal de que pode assiná-lo
Então você arranca delicadamente
uma das penas do pássaro
e escreve seu nome num canto do quadro.
Jacques Prévert
Para Elsa Henriquez


(Poesia de Todos os Tempos, Editora Nova Fronteira, 6ª impressão)

domingo, 5 de junho de 2011

ENCANTAMENTO

"Desse lugar não há caminho que se venha.
E, no entanto, eu a vejo ali,
junto às folhas secas do jardim,
há tanto tempo abandonado.

Mas vejo uma mulher imóvel,
como se dentro de um quarto,
sendo a moldura o canteiro,
ou meu pobre olhar amargurado.

Os pés estão quase suspensos,
e o corpo se fez de fino pólen.
Ainda posso enxergar a face,
que, apesar de tudo, me sorri.

Vinda de onde não se vem,
permanece sentada no jardim.
Tenho receio de assustá-la,
com qualquer ruído ou movimento.

Não posso, sequer, me aproximar.
Devo olhá-la de longe, cuidadoso,
sem dizer uma única só palavra,
sempre calado e sempre distante.

E penso quando irá embora,
se poderá voltar outro dia,
desse ausência de muitos anos,
e dessa vasta e lenta agonia."

O Tratador de canários, de Gilberto Nable

terça-feira, 22 de fevereiro de 2011

Juca Peralta encontra o Poeta Silas

Pequena Resenha Crítica





Um Romance Fora de Série:

“Os Negócios Extraordinários de um Certo Juca Peralta”

Do Literato Sérgio Mudado



Que a literatura moderna é perigosa

é algo inconteste. A única resposta

digna da crítica que ela suscita, é que

essa literatura venenosa exige um novo

tipo de leitor: um leitor que ‘responda’



Paul Ricouer, Pensador Francês



-Eu sou macaco de auditório do médico-literato Sérgio Mudado, desde que me deliciei com o livraço Vassalu, que tive o prazer de resenhar e que, acho, vertida para o inglês, devidamente encaminhado para um agente literário dos Estados Unidos, daria um filme épico muito melhor do que Tróia e Gladiador. Estupenda obra prima.

-Por isso, quando recebi “Juca Peralta”, romance, custei a me preparar para a leitura que teria que ser especial, prazerosa e que, certamente, mexeria com meus botões sensoriais. Vivendo época pessoal difícil, de amarga caminhadura, finalmente entrei de vereda na leitura que prometia, aqui e ali parando, indo e vindo, até que finalmente tomei pé definitivo e dali em diante, escolado, salve-se-quem-puder, caí no fluxo narrativo e babei. Baba baby, diria a canção. Pois foi por aí...

-A narrativa de Sérgio Mudado cativa, seduz, empolga, pega o ledor feroz pela mão, leva-o para passear no parque temático das contações, uma linguagem ao mesmo tempo em que cult e pop, lembrando aqueles historiadores e cronistas mineiros que deitam falatório e seduzem, aplainam, e, levados da breca, fazem o leitor seduzido curtir, gostar, “se rir” (como se diz lá em Itararé), e outros prosopopéias de mais um clássico da literatura brasileira -- que o Sérgio Mudado é mesmo o número um atualmente. Só senti o mesmo prazer quando li o Baudolino, do Umberto Eco, Sergio Mudado no mesmo patamar, no mesmo nível.

-Contações com esmero, dados filosóficos e místico-conceituais, passando pela história de Minas e suas semeaduras gerais, do Brasil de muito ouro e pouco pão, do mundo que Brecht rotulou como em tempos tenebrosos, como se o autor inventasse uma toda própria memória recorrente de idas e vi(n)das, alguns dados místicos, e, toma-lá-da-cá, o bendito boêmico personagem principal Juca Peralta que pinta e borda alardeios e mesmo insanidades, e bota suspensório em cascavel, aprontando das suas peraltices, entre prazeiranças e contentezas de um livraço. Muito prazer de ler, acreditem. Sérgio Mudado narra com uma baita maestria, que dá o que sentir, curtir, florir-se. O próprio pensador francês Paul Ricouer ainda reafirma, a propósito do livro e de seu prumo literário: “Não temos a menor idéia do que seria uma cultura em que não se soubesse mais o que significa narrar.”

-Sérgio Mudado dá show. Romance pontuado com causos do arco da velha – o escritor um grande mentiroso? – e o leitor entra de mala e cuia e mente lavada, e vai sendo bombardeado pelo implícito, explicito, internarrativas, ora sob um enfoque, ora sobre outro, na garupa do historial o leitor é conduzido e monta a galope o romance-quase-novela todo. Será o impossível? Pois, acredite se quiser, o livro de mais de 400 páginas cumpre a missão maravilhosamente, Sérgio Mudado no auge, esmerilhando mitos, lendas, fofocas, mentiras e, claro, o conhecido e magnífico fluxo narrativo que é como se o doutor médico, também aí incluído importante (com prisma todo próprio) também uma persona en-passant no livro, e ainda assim por isso mesmo nos trouxesse mentes, corações, sentimentos, perdas e drenos, sob a sua ótica-criação de primeira grandeza, em belos horizontes, trilhas, errações, contrações e bravezas. Bravo.

E em troca de e-mail com o literato Sérgio Mudado, dele tirei dados, pondo pimenta-camari na minha leção: “...No Juca Peralta você chegará a um capítulo no qual Juca e Noel Rosa passeiam pela noite da cidade em 1936, e a atmosfera é de pura magia. O livro, admito, não é de leitura fácil e contém alguns segredos que podem ser desvendados ou não. Noge é o inverso de Egon, e é justamente um alter-ego do grande memorialista (deixarei a cargo do leitor fazer essa descoberta...). Ele se torna o senhor do tempo, podendo ir e vir, passado e futuro. Cleópatra é Ísis, deusa maior do panteão egípcio. O rádio Matador existiu como foi descrito. A Leitora, que acompanha quem narra, também existiu (e existe) de verdade, acompanhou a feitura do romance. Existe assim uma espécie de realismo mágico. O livro começa em janeiro de 1939 e termina em setembro, quando inicia-se o II conflito mundial. Nele entram, Pedro Nava, Guimarães Rosa, Thomas Mann, Joyce, Proust, Khayyam e outros. O universo do romance é complexo, mas não indecifrável.... Bem, eu me diverti muito, escrevendo-o. Minha mulher, que não é leitora 'profissional' foi colhida pelo livro, o que me tranqüilizou... (...)”

-Wesley Duke Lee disse que "O que realmente me interessa é a qualidade da ilusão." No caso de Sérgio Mudado ainda é a qualidade excepcional da imaginação, sentição, “dom de iludir”, cultura histórica, conhecimento dos descaminhos e configurações interioranas da matreira Minas, dando voz a figurinhas carimbadas de sertões, ruas, bares, quintais e zonas das mulheres de difíceis vidas fáceis, altares, quebradas, monturos, escombros e purezas, como no caso do viajante companheiro que é o Fábio, um aprendiz de Juca em mundos e cafundós.

-Entre magias, feitiços, mágicas, zonas de meretrício, cabarés, bares, crônicas, derramas, poemas, muita MPB e Noel Rosa cifrando todo o livro, mais poemas, insinuações paraletrais de quadrinhos, cantilenas, dados folclóricos, mineirices e pujanças, Juca Peralta pelo seu criador Sérgio Mudado vai indicando dados dicas de rincões e suas tipicidades, curas, remédios, purgações, bacilos, pachorras, intermediações, matadores de aluguel, bares, comidas e comilanças, mais acidentes de percurso de amor que é cego e carecido, prostitutas, amantes, perigos, acidentes; um mosaico interiorano dessa Minas que muito bem representa a nossa brasilidade mestiça, entre imigrantes, lugares aonde o Judas perdeu o All-star, e vai por aí o bolero, as acontecências, bravatas e impertinências de percurso, feito um bem-bolado daquele que, certamente, é sim um dos maiores escritores atuais de Minas Gerais, um médico romancista. Já pensou?

-Sobre o maravilhoso livro do cavaleiro medieval de Sérgio Mudado eu já tinha escrito (fragmento): “A história é uma pedra na consciência da civilização. Van Tieghem diz que a categoria social e a importância do escritor crescem em forma notória. Deve ser isso. Os privilégios dos caminhos da literatura contra os sandeus do absurdo que ainda impunemente viçam e mandam. Milton Hatoum diz que o escritor passa a vida inteira tentando dizer uma verdade profunda através de uma invenção literária. Sergio Mudado acertou e brilha na sua obra. Aliás, o próprio dia de brilhar (ilha de edição?) vive dentro dele, espelha ele, está no romance dele, Vassalo. Carne e coragem. Idade Média destilada como sangria letral. Por fim, como muito bem observou a amiga Maria Ilsen na apresentação do livro no site da Livraria Cultura, só a consciência da finitude explicaria a busca da continuidade muito além da vida, além dos sentidos. Alguns se tornam vassalos desta busca. Outros, plantam árvores, criam filhos, deixam obras importantes como Vassallu- A Saga de um Cavaleiro Medieval (de Sérgio Mudado)”.

-Pois “O Negócios Extraordinários de um Certo Juca Peralta” é desde logo um clássico. Já no prefácio Benedito Nunes diz do realismo grotesco de Juca Peralta, e comenta: “Nas conversas dos personagens(...) intercalam-se o tempo todo versos das modinhas de Noel Rosa, também feito personagem. O próprio romance é um híbrido conjunto fragmentado, que persegue e é perseguido pelo Tempo e suas loucuras. Em contraponto com as peripécias de Juca Peralta, estão as idas e vindas da própria narrativa, que se divide em três partes dentro de um período datado – a partir de janeiro de 1939, ano fatídico, já instalado o Estado Novo por Getulio Vargas. Não esqueçamos (...) que essas idas e vindas é o próprio Tempo em seu fluir invisível, que se elabora como matéria prima da própria narrativa, o Tempo vertiginoso, que tem medida desigual(...)”

-A Orelha de Juca Peralta já alerta a proposta: uma parceria – "Semeei-te em mim" – diz, quem narra a quem lê, selando um pacto entre o leitor/narrador/autor, “perigo, musica e perfume(...) a atmosfera do texto”. E explicita ainda na orelha: “O leitor que ousar acompanhar quem narra, terá, se sobreviver aos perigos que o espreitarão ao longo da jornada, a oportunidade única de sair de si mesmo e contemplar outro universo(...). Sentirá no espírito, ao mergulhar neste mundo fantástico mundo de palavras alinhadas, imenso deleite. E, se for arguto, poderá reconhecer nesses resquícios de literatura uma declaração de amor às palavras e aos gênios que a transformam: Nava, Rosa, Mann, Proust, Joyce... (...) Romance saboroso, regido pelo antigo deus que, ainda hoje, ilumina a existência dos amantes da arte, dos leitores capazes de ouvir no vento de estrelas a sinfonia cósmica do Senhor do tempo, da Magia e da palavra”

-O vendedor-Inspetor Juca Peralta, caixeiro-viajante, o aspirante a vendedor Fábio, o rádio Matador feito uma metáfora que se comunica, fere, brinca e se expande literalmente, mais expressões, doenças, filosofias, mitologias, fantasmas, tudo impregnando as facetas do livro que são várias, vários prismas, vários espaços cênicos, tudo um verdadeiro vislumbre para quem adora literatura de alta qualidade criadora e narrativa impecável, entre tantos personagens que vão, voltam, somam, dramatizam, ironizam, recheiam o livro, com viagens de trens, estações e paragens, baldeações (inclusive trans-narrativas), citações bíblicas, ou outras em latim, francês, um verdadeiro destrinche das facetas dos personagens, técnicas de narrar e mesmo confeito criacional do autor, fora de série mesmo. Não é qualquer um que pode criar uma obra assim. Não é qualquer dia que uma jóia preciosa assim nos cai na graça ledora impertinente de se deixar encantar. Mil maravilhas.

-Tuberculose, loucuras? Juca Peralta é o “jogo de amarelinhas" (Fidalgas...) de Sérgio Mudado? "Cada romance tem de ser um objeto único. O enredo ordena a sua forma. A estrutura do relato segue a intensidade da narração.", diz Juan José Saer. Por fim, falando sério, deixo que o leitor procure o seu exemplar do belo livro, corra atrás, vá ser também Juca e Peralta atrás de seu comboio, lugar-tenente de ilusões, culturas e artes lítero-culturais fantásticas, trem noturno ou não. Porque, de uma forma ou de outra, assim na terra como no céu, loucos ou saradinhos – de perto ninguém é normal, cantou Caetano Veloso – somos todos filhos de estações de trens; afinal, já no passado não cantou Gilberto Gil, sobre o benfazejo Expresso 2222 da Central do Brasil?



-Sim, há um trem para as estrelas... E em Juca Peralta a vida é um comboio engatando acontenças, e a visão pode ser só um ponto de partida ou de chegada. Deste e de outro mundo.



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Silas Correa Leite - Santa Itararé das Artes/Samparaguai, Fevereiro 2011

Poeta, Ficcionista, Teórico de Educação, Conselheiro em Direitos Humanos, Jornalista Comunitário, Premio Lygia Fagundes Telles Para Professor Escritor

Pós-Graduado em Literatura na Comunicação (ECA/USP)
Autor de Porta-Lapsos, Poemas, e Campo de Trigo Com Corvos, Contos premiados, finalista do Prêmio Telecom, Portugal, à venda no site www.livrariacultura.com.br

E-mail: poesilas@terra.com.br

Blogue premiado do UOL 2009/2010: www.portas-lapsos.zip.net

Site de sua aldeia natal: www.artistasdeitarare.blogspot.com/

terça-feira, 8 de fevereiro de 2011

Tagore: o giz da tirania e o caminho para a criação


Por acaso, já ouviram falar no círculo de giz do poeta indiano Rabindranath Tagore, o primeiro não-europeu a conquistar, em 1913, o Nobel de Literatura?
Vou contar para os que não sabem do que se trata.
O pequeno Rabindranath foi cuidado, na maior parte do tempo, por criados, uma vez que sua mãe morreu quando ele tinha poucos anos de vida e seu pai viajava muito.
Ora, para simplificar o trabalho de tomar conta de Tagore, o criado mandrião riscava em torno do menino um círculo de giz, ameaçando-o com os maiores perigos se ele ousasse transpor o risco. Intimidado e obediente, o garoto permanecia ali por horas sonhando e vendo o inacessível Lá Fora, que tinha cheiros e sons, rasgos de verde e água, vislumbres percebidos além da casa.
Riscos de giz da tirania, assim Tagore se referiu ao círculo que o prendia... No entanto, os riscos, o impedindo de sair, acabaram por impeli-lo, numa tenra idade de sua vida, a caminhar para dentro. E tendo percorrido este trajeto interior, sentiu-se um dia livre do fardo amargo do eu para então perceber que o mundo visto por observador sem amarras não se constituía de uma trivialidade aparente e sim de um jorro de beleza e luz para os olhos, para a alma...

domingo, 6 de fevereiro de 2011

Molly Bloom: Sim à vida e ao amor

"...e o mar o mar carmesim às vezes como fogo e os gloriosos crepúsculos e as figuras nos jardins da Alameda sim e todas as ruazinhas estranhas e as casas rosa e azuis e amarelas e os jardins-de-rosas e os jasmins e os gerânios e cactos e Gibraltar quando eu era uma mocinha onde eu era uma Flor da montanha sim quando eu pus uma rosa no meu cabelo como as moças andaluzas usavam ou será que eu vou usar uma vermelha sim e como ele me beijou debaixo do muro mouresco e eu pensei bem tanto faz ele como um outro e então eu lhe pedi com meus olhos que pedisse novamente sim e então ele me pediu se eu queria sim dizer sim minha flor da montanha e primeiro eu pus meus braços à sua volta sim e o arrastei para baixo sobre mim para que ele pudesse sentir meus seios todos perfume sim e seu coração disparou como louco e sim eu disse sim eu quero Sim.
(Ulisses, de James Joyce)

F. M. DOSTOIÉVSKI

Passar por nós... E ao passar nos perdoar a nossa felicidade...

(Ouçam-na em voz baixa. Se a alma puder escutar a música emanada destas palavras, o ser permanecerá virtuoso e experimentará a mais extraordinária grandeza. Simples assim: perdoar a felicidade dos outros.)

sábado, 5 de fevereiro de 2011

O escritor e o Diabo

O título acima refere-se a uma novela que acabo de escrever, usando material antigo e novo, abordando minha obsessão pela obra fictícia e pelos acontecimentos reais na vida do escritor alemão Thomas Mann e de sua família. Uma anatomia sobre do suicídio de Klaus Mann (Eissi) foi construída sob forma de peça teatral, envolvendo o pai famoso: vida, comportamento e obra. Tempo, transitoriedade, morte ( quanta repetição) e uma participação sobrenatural ( a do velho demônio) tentam, de forma poética, explicar o processo criativo - principalmente o literário. A gênese do Vassallu, a saga de um cavaleiro medieval narrada pelo Diabo, é, de algum modo, contada. Pessoalmente gostei muito do trabalho e experimentei um certo alívio em concluí-lo. Encontra-se, esta novela, nas mãos de dois editores. Não havendo proposta de publicação, prometo postar aqui o trabalho, na íntegra. Thomas Mann disse que de algum modo é tranquilizante acreditar que, depois da morte, a gente se torna espuma do mar...
Ora, por que não permitir que mais pessoas tenham acesso e possam provar um pouquinho do sal dessa espuma que, muito em breve, ficará imperceptível na vastidão oceânica?

domingo, 23 de janeiro de 2011

Sobre prostitutas e anjos



Perdi o meu pai quando tinha 17 anos de idade. Ele já havia sofrido um infarto cardíaco, um ano antes. Numa madrugada foi despertado com intensa dor no peito. Corremos com ele para uma clínica cardiológica. Não havia CTIs naquela época. O plantonista, sonolento, colocou-o no oxigênio, aplicou-lhe umas injeções, a dor aplacou e o meu velho sentiu alguma melhora. O médico desapareceu do mapa. Eu disse para minha mãe que ela poderia ir embora. Fiquei sozinho com o meu pai, ao seu lado, naquela sala da clínica. De repente o desespero, a falta de ar intensa, ele borbulhou e morreu afogado. Depois soube: edema agudo de pulmão, por falência do coração infartado. Ele tinha apenas 54 anos. Eu, já disse: 17. A imagem de sua agonia, do desespero e da morte, jamais me abandonou. Coisas que se agarram aos 17, se agarram para sempre.
E iria fazer vestibular naquele ano. Para medicina. Nunca havia pensado em outra possibilidade. Apenas em fazer medicina. Desde garoto.
Passei no vestibular daquele ano, apesar de todas as dificuldades e do pesar infinito. Iniciei a faculdade assim: mergulhado na tristeza, no desamparo, na solidão, na insegurança e experimentando, a pior coisa do mundo: o ressentimento. Sentia inveja, quase mórbida, dos colegas que tinham os seus pais vivos. E orgulhosos de vê-los como acadêmicos de medicina.
Quer ver um retrato meu, da época? Pintei-o há pouco tempo, quando a editora de O Caixote me pediu para escrever sobre “prostitutas”. Leia:

Meu doutorzinho bebeu um bocado, hem? Não tem importância, vamos subir, eu ajudo... Ah, gosto quando você vem, meu doutorzinho...

(A tela branca desafia: escreva sobre putas... Sobre uma puta... Suspendo a respiração, fecho os olhos, o mergulho poderá ser doloroso).

Aposto que não comeu nadinha, não é mesmo? Você está magrinho... Gastou tudo só com bebida? Tem que comer também, meu doutorzinho. Que escada difícil, hem? Pronto, vamos entrar, a M... vai cuidar de você...

Uma hora antes havia saído do prédio do Diretório Acadêmico da Escola. Merda de hora dançante, isto é só pra quem tem dinheiro e carro, merda de domingo, domingo à noite é sempre merda mesmo, a vida da gente – toda ela – é uma merda de domingo à noite... E não consigo entender... A turma aparenta gostar disso... Parecem alegres, todos eles e aproveitando... Mas aproveitando o quê? Música ruim, sempre as mesmas caras, o mesmo papo-furado... Hoje contaram as bichas da turma que chegavam no DA. Merda... Cuba libre de merda, estou tonto... e duro... Gastei toda a grana? Não, deixe-me conferir... Guardei os últimos cinco mangos, tenho certeza... Onde enfiei a merda do dinheiro?...

Deixa eu ajudar, deita aí, eu puxo as calças... Nada de apagar agora, viu?... Tem que comer, meu doutorzinho, não pode ficar apenas bebendo, não, aposto que está com fome, né? Ih, ih, essas cuecas novas parecem calcinhas...

Cinco mangos... Vou a pé pra casa... Quase uma hora da madruga... Os merdas, riquinhos, todos de carro, têm pai que banca... Têm pai... Enquanto que eu... Eu aqui no dedão... Por que não saí mais cedo daquela merda?

Ocê tem aula amanhã cedo, né? Vai ficar cansado, doutorzinho... Venha cá... O estômago tá ruim? Ah, não vá me aprontar sujeira, por que será que sempre vem aqui neste estado? Vem cá, vem cá, doutorzinho, tenho uma coisa gostosa aqui pra você... deixa te ajudar a entrar em mim... a te abrigar...

Este parque escuro me dá medo, diacho, eu não deveria ter virado aquele último cuba libre... Foda-se o mundo, foda-se o medo... Contavam os viados, que merda. Até o W... Porra, daquele eu não sabia, viado?... Sempre rodeado de meninas, o karmanguia, e viado? Cinco mangos... O que a M... cobra, ela deve estar lá, na Inhaúma... Vou pra zona, tenho que ir, merda...

Você gozou muito rápido, doutorzinho, tá cansado, né? Tá apagando, coitadinho...

Sim, lá está ela... Parece que sempre está aqui... Ela é legal, não dá medo, não passa doença... Pronto, já sorriu... Deixa eu conferir os cinco mangos no bolso, diacho, vou pagar adiantado ou acabo me esquecendo, foda-se pro dinheiro, pro DA, pra turma, pra este domingo de merda, pra vida...

Vou dar uma saidinha, volto logo, fique descansando, meu doutorzinho...

Que lugar mais sórdido, merda. O que estou fazendo aqui? Como uma criatura consegue viver sempre no escuro? Que espécie de vida ela leva? Diacho, conto tudo pra ela, e dela nada sei... Foda-se, quem se importa? Puta é puta, ela parece gostar disso, gosto que ela me acaricie os cabelos, que não me beije... Ela é apertadinha, como consegue? Será que a xoxota chupeta é, na verdade, a mão dela? E eu nem percebo? Foda-se, foda-se, ahahah, o pessoal contando os viados... Que contem viados, que se danem contando viados... Onde será que ela foi?...

Ei, acorde, doutorzinho, olha o que eu lhe trouxe... Vamos, acorde, coma enquanto está quentinho...

Sanduíche gostoso, nunca comi um igual, nossa, eu estava mesmo com uma fome danada. De pernil, quentinho... Onde será que ela arrumou isso? Num desses botecos imundos da zona, de onde mais, seu besta? Você está envenenado, seu doutorzinho de merda, definitivamente morto... Mas que delícia, que delícia...

Melhor ocê dormir mais um pouco, eu te acordo cedo, amanhã tem aula, né? Gosto de estudantes, gosto de você, muito... Mas tem que comer, viu? O meu doutorzinho tá muito magrinho... Agora, pode dormir... Não se preocupe com nada...

O Sol brilha a manhã da segunda-feira, subo a rua, a Inhaúma, passos rápidos, mil fantasmas dissipando-se na ressaca, minha nossa, tenho que chegar em casa, tomar um banho, aula às oito, estou ferrado, que loucura, que loucura, dormi na zona... Ah, até sonhei, sonhei com sanduíche... De pernil... Não faço mais isso, nunca mais volto aqui, merda, o que é isso no meu bolso? O dinheiro! Merda, ela não cobrou, não cobrou... Ai, que se dane... Ela que se dane!

segunda-feira, 17 de janeiro de 2011

AS PRIMÍCIAS

Retirei deste blog o texto "Criação e Morte I" e devo, nos próximos dias, repostá-lo, completo. Assim terei deixado aqui para o leitor uma pequena novela, com início meio e fim, que se originou do seguinte modo: em primeiro lugar o par de hérnias de disco na minha coluna lombar não se tratou de ficção, antes fosse. Depois vem o meu interesse pelo processo de criação literária que vai de encontro com a vida e a obra de Thomas Mann e sua família. No livro correspondência entre amigos, mantida entre T.Mann e Hermann Hesse, me chamou a atenção o suicídio do filho mais velho de Mann, Klaus, apelidado carinhosamente de Eissi Klaus Mann suicidou muito jovem e o pai, além de não ter ido aos funerais, deu pouca importância ao trágico acontecimento em suas cartas a Hesse. Apenas, depois de provocado, responde que admite que sua vida e obra haviam lançado uma pesada sombra sobre Klaus. Baseado e instigado por isso, criei uma peça de teatro, fazendo uma espécie de anatomia do suicídio de Klaus, que atormentado pelas drogas, acreditou que o seu pai havia feito um pacto com o Diabo (como Adrian Leverkühn em Doktor Fausto), oferecendo ao Demônio não a própria alma, mas uma idéia pra lá de diabólica: dar a uma vítima qualquer um enorme talento, mas uma ambição sempre maior. E Klaus acredita que o Diabo sigilou o trato, aplicando o castigo nele próprio, que teve sua vida literária sempre ofuscada pela sombra do pai. Recebeu um talento, mas desgraçadamente, uma ambição sempre maior. E o Diabo o convence ao suicídio, como saída honrosa de um futuro literário medíocre. Isto, em verdade, aconteceu com uma irmã de Thomas Mann, Karla, atriz ambiciosa e medíocre. Suicidou-se ingerindo cianureto capaz de matar um batalhão. Karla, depois Klaus e a coisa não parou aí. O irmão de Klaus, Michael Mann, músico, ( o único familiar que compareceu ao enterro de Klaus, em Cannes), depois que lê os diários do pai, também morre em decorrência da ingestão de soporíferos e álcool. Que família! Minha peça "Klaus" foi escrita antes que eu soubesse que o trágico destino de Michael também estivesse associado à questão paterna. Ora, por que lhes conto tudo isso? Porque em Criação e Morte, texto que dentro em pouco ficará completo neste espaço, tudo isto é abordado de uma maneira curiosa, ficcional e surpreendente, na qual a minha própria vida e pretensão literária se confrontarão com com a obra e as histórias extraordinárias dos Mann.

quarta-feira, 12 de janeiro de 2011

Comentários

Fui alertado sobre a dificuldade existente em fazer comentários aqui no blog. Acho que resolvi o problema.

segunda-feira, 10 de janeiro de 2011

Ao leitor

Este blog está muito chato, falta nele uma coisa simples e básica: conversar com quem vem aqui. Crio então uma poltrona confortável. Quem quiser chegar, sentar e prosear é muito bem-vindo. Se tiver um pouco de sorte, toma até cafezinho. Começo agradecendo as mais de 1350 visitas ocorridas, desde o início, que coincidiu com o lançamento do Juca Peralta, em outubro do ano passado. Este livro não está encontrando a repercussão esperada e, pela minha experiência com o Vassallu, ficar esperando pela Roda da Fortuna, é bobagem. O que é preciso? Eu mesmo respondo: distribuição adequada, divulgação e eventos (lançamento em outros estados, palestras, etc.). Tudo isso já esfriou. Não houve sequer uma nota publicada na imprensa. Aqui, no blog, uma única resenha, de Edith Piza. Assim, a obra caminha - como diz o Monteiro Lobato - para o cemitério dos livros. Por falar em cemitério de livros, estimulado pelo Oséias, editor da Crisálida, comprei a coleção completa da obra adulta de Lobato, num sebo. Lindíssima, a coleção. Estou lendo A Barca de Gleyre, mas já avançando em alguns contos e na ficção O Presidente Negro. Comecei e fui iniciado na leitura ( e na literatura) pela obra infantil de Lobato. Agora, ouvindo o canto do cisne, me deparo novamente com este autor visionário. Estou fechando o círculo.